domingo, 31 de mayo de 2009

Los 19 días y 500 noches de Sabina

Debido a que este blog lo utilizo como descarga pública, hoy he decido hablar de los fucking 19 días y 500 noches cantado de una excelente forma por Sabina.

En algún momento estuve conversando con alguna persona muy querida la razón de los números. ¿Qué hace la noche que logra hacernos divagar en ciertas cosas que durante el día logramos sobrellevar? Me hubiera gustado en ese momento tener una respuesta a dicha pregunta, de ser así sería un hombre invensible (o tonto), como aquellos que no piensan en nada y de una manera muy cómoda logran andar como zombies en el mundo. Sin que les afecten las malas noticias, sin que les afecte el Ruido (http://listen.grooveshark.com/#/song/Ruido/6293465).

500 noches!!! 500 tremendas noches! la peor parte es que cada una se torna eterna sobre sí misma, empiezan lo más pronto posible y muchas veces se levatan con uno y lo acompañan hasta que realmente empieza el día, hasta que se recibe la primer tarea a realizar. Por eso creo que los días son menos, contrario a las noches empiezan lo más tarde posible, se discipan temporalmente para darle campo a la noche a plena luz del sol, y terminan como quien espera a la sombra del reloj para marcar tarjeta.

A mi parecer, el asunto tiene enteramente que ver con El Padre Tiempo y con su amante Lo Relativo. Igual, si tiene sentido que pasen cosas tales como de las que hablo, ¿Porque no inventarse semejante amorío? El Padre Tiempo tiene efecto sobre nosotros mientras juega con las manecillas del reloj, y su amante al mismo tiempo, por celos, nos juega trucos para sabotear el efecto real del movimiento del reloj. El mismo efecto que nos hace desesperar mientras aguardamos una respuesta, es el que nos hace focalizarnos 500 noches en lo mismo.

Hay una parte en que la resignación nos permite pensar lo valioso de ser atacados por semejante actividad cerebral, es la que nos permite decirnos satisfechos de estar concientes de la vida, de notar las cosas que nos pasan, de sentir lo malo que nos pasa para simplemente esperar que venga algo mejor, o bien, de hacernos disfrutar lo que sucede siendo concientes de que 500 no tiende a , y que si nada de deja desbordar, todo se va a convertir en un recuerdo y un aprendizaje.

NO quero dedicarle una palabra más a los 19 días... menos por la simple razón que es de noche. Por más celosos que se pongan, esto es casi un oda a las 500 noches, y a lo que las provoca. Eso sí, tanto este texto, como las noches restantes, son una dedicatoria de duelo. Claro, siempre llega el momento en que la viuda llega a quitarse sus ropas negras para vestirle de colores al mundo otra vez :)

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